Pero, la danza, y en específico la danza folklórica, tiene en su naturaleza, en su origen y en su contexto, aspectos que se pueden abordar en el campo de la investigación. La danza tiene un abanico de opciones para trabajar y justamente es lo que necesitamos. ¿Cuáles son estos aspectos?
– El ámbito educativo
– El ámbito artístico
– El ámbito de la gestión y producción
Ámbito educativo
En este ámbito no debemos cerrarnos únicamente en la práctica de la danza para el desarrollo o afianzamiento de determinadas capacidades en los estudiantes. Sabemos que, en la actual coyuntura, este planteamiento no es viable pues no tenemos clases presenciales con los estudiantes. La forma de enseñanza-aprendizaje ha cambiado y el monitoreo también fue modificado, al igual que las evidencias.
En ese sentido, podemos voltear la mirada hacia otras opciones como:
a. En lo curricular, lo que se refiere a la investigación sobre propuestas metodológicas, instrumentos de evaluación efectivos y funcionales para las dos competencias, el abordaje de los enfoques transversales a través de la danza como herramienta docente.
b. En la formación profesional, lo referido a la importancia de la especialidad en la actual coyuntura, el papel de la danza como soporte emocional y como elemento de cohesión social tanto en la familia como en la comunidad.
c. Creación de nuevas herramientas o materiales educativos en la educación virtual y remota.
Ámbito artístico
Entendemos este ámbito hacia el arte como experiencia, como la práctica en busca del crecimiento, eficiencia y eficacia en su ejecución. Como una forma de asumir en estos tiempos la investigación, se puede seguir la línea observando los siguientes aspectos:
a. Preparación física para la danza folklórica. Aquello referido al trabajo corporal, la conciencia, término muy bien trabajado por la escuela cubana, que hace referencia a la acción plenamente consciente de la estructura y de las posibilidades corporales del ejecutante, para la mejor expresión de la intención comunicativa de la danza a mostrar. El trabajo corporal se puede plantear, entonces, tanto para la ejecución como para la enseñanza.
b. Uso de técnica en la danza folklórica. Somos conscientes que nuestro quehacer es siempre corporal y que vamos construyendo nuestro cuerpo en relación al sistema cultural, social y simbólico en el que estamos insertos, en un momento histórico determinado.
c. Uso de la virtualidad. Nos referimos al acercamiento a través de plataformas y redes sociales, y el impacto que tiene la danza, que puede ser hacia tres tipos de públicos. Unos son los que desean practicar la danza como recreación o herramienta para combatir el estrés, o por cultura general. Estos públicos, no necesariamente requieren contar con conocimiento previo, ni requieren especialización.
En el segundo tipo de receptores, tenemos a quienes ya cuentan con formación previa, bailan en algún elenco e inclusive ya han incursionado en la enseñanza. En ellos, vemos la necesidad de proveerles un repertorio manejable en todos los niveles, con una metodología directa.
Y está el grupo correspondiente a aquellos que se encuentran en formación profesional en educación inicial, primaria, secundaria o educación física, que buscan a través de diversos medios y herramientas digitales, incrementar sus conocimientos como complemento a su formación.
Ámbito de gestión y producción
Aquí enmarcamos el trabajo de investigación, a la necesidad de estudio sobre las demandas y necesidades de la población, los colectivos e instituciones, en tiempos de pandemia. Concretamente, campañas, demandas de producción, indagación sobre recursos para la especialidad dentro del ámbito de la cultura y desarrollo de producciones. Empoderamiento de la danza en espacios públicos, trabajo de los municipios en el rubro. Agrupaciones o elencos zonales, regionales. Producciones artísticas, eventos presenciales y en tiempos de pandemia, con elementos que este tipo de actividad requiere. Aliados estratégicos y nuevos espacios escénicos para la danza.
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